El Seminario de Etnografía de la Cuenca de México surge en una coyuntura de gran efervescencia de la CDMX; por una parte el movimiento de los pueblos indios había crecido a partir de la emergencia del Consejo Nacional de Pueblos Indígenas, en 1975, que estimuló la movilización de organizaciones independientes en diferentes partes del país, como fue el caso de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, fundada en Milpa Alta en 1979; en este contexto se funda la organización Comuneros Organizados de Milpa Alta, que impulsa la lucha por la recuperación de la zona boscosa, concesionada a una empresa papelera. Por otra parte, la reforma del Artículo 27 constitucional, en 1992, que marcaba el fin de la Reforma Agraria cardenista, generaba una inquietud en el movimiento campesino; asimismo, la reforma del Artículo 4º constitucional abría un espacio para los pueblos indios al reconocer la composición pluricultural de la nación mexicana. El levantamiento del EZLN el 1º de enero de 1994 sitúa en primer plano la lucha de los pueblos indios, generando una movilización nacional que conduce, entre otros efectos, la organización del Congreso Nacional Indígena en 1996, ajena al patrocinio gubernamental. Finalmente, el movimiento democrático en la Ciudad de México abría a elecciones los puestos de Jefe de Gobierno y coordinadores de las entonces delegaciones, ahora alcaldías. En este escenario aparecen las reivindicaciones de los autonombrados “pueblos originarios”, denominación que toma distancia del indigenismo gubernamental, y se comienza a extender la toma de conciencia del reconocimiento político y jurídico de las antiguas comunidades mesoamericanas, amenazadas por el avance de la expansión urbana y la voracidad de las inmobiliarias. Numerosos originarios de la alcaldía de Milpa Alta trabajaban en diferentes áreas, tanto de las escuelas e institutos de Ciudad Universitaria, como en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ENAH; incluso varios profesores estábamos en contacto con las movilizaciones de los comuneros de Milpa Alta. Analizar esta situación, tanto en sus raíces históricas como en la coyuntura política, fue una de las razones que propiciaron la organización del seminario, pero sobre todo realizar trabajo histórico y etnográfico, así como contribuir a la difusión de las demandas de los Pueblos Originarios, nos condujeron a un esfuerzo académico que ahora cumple su primer cuarto de siglo.